viernes, 5 de diciembre de 2008

Entrevista - Transporte Público

Entrevista



Un ángel al Timón



“No todo está perdido, la situación puede mejorar cada día. Si todos lo que trabajamos en el transporte público ponemos un pequeño esfuerzo mientras nos desempeñamos laboralmente” Fueron las palabras de Simión Suarez Goicochea, tiene 10 años de experiencia como conductor de ómnibus. Es natural de Jaen, departamento de Cajamarca. Vino a Lima a los 22 años de edad con el sueño de seguir estudiando, pero la situación fue difícil y sus planes cambiaron; hoy tiene 34 años es de contextura delgada, trigueño , 1.55 de estatura , en estos momentos el se encuentra sentado en medio de un bosque de computadoras en reposo que hacen su cola para poder funcionar, sus ojos negros y la mirada risueña me dicen que estoy frente a una persona en la que puedo confiar , el luce el cabello lacio y corto, una casaca drill color marrón, pantalón verde petróleo y aún lleva puesto la camisa verde que es el uniforme de la empresa donde hizo realidad su sueño de niño, el de manejar un carro y tener las manos en el timón. El lugar donde estábamos era pequeño y el tiempo parecía pasar volando mientras él me contaba por que le gusta su trabajo.-Mi trabajo me encanta. Desde niño me gustaba el hecho de alucinar que estaba manejando. Y ahora me encanta estar realizándolo. Movilizando una unidad vehicular. Llevando gente de acá para allá y que ellos confíen su vida en mis manos. Me encanta.Aún recuerdo que cuando era pequeñito me gustaba jugar con los carritos y cuando cabalgaba en los caballos de mi tío, con la soga de los caballos hacía como si fuera el timón del carro, guiándole de una lado al otro. Era mi juego favorito. Ahora que estoy conduciendo siento que aún estoy jugando porque me divierte mucho.Al terminar de contar este párrafo se conmovió mucho, porque había revivido los momentos más hermosos de su niñez, momentos que su mente y corazón capturaron y cada vez que piensa en ello se llena de nostalgia, sus ojos se llenan de lágrimas porque esos momentos ya no volverán.Mientras seguíamos conversando le pedí que me cuente alguna experiencia de trabajo, algún que le hizo renegar, en ese momento su semblante cambió e inmediatamente empezó.



-Hay una ocasión que me fue muy mal durante el día, no había recogido pasajeros, el carro estaba vacío y en eso vi a un señor con su hija en un lugar donde no era el paradero, yo para ganar esos pasajeros lo recogí y el policía me vio. Me puso una papeleta de 140 soles y me quitó la licencia de conducir por tres días. Eso si me dolió.
En ese momento su rostro reflejaba coraje, porque sentía que había cometido un abuso con su persona, estaba furioso y empezó a contarme lo que le molesta de las autoridades de transporte público.



-Lo que me molesta es el abuso que cometen los inspectores de tránsito urbano y algunos policías, - ¿En qué sentido? - por ejemplo, estamos trabajando tranquilamente y en un paradero prohibido está un niño y un anciano, por bueno lo recoges para que no siga esperando más tiempo. Más adelante a dos cuadras como si fuera un asaltante sale donde estaba escondido el inspector y te pone una papeleta de 350 soles. Ahora juntamente con el inspector está el policía esperando que algún incauto caiga en la trampa, y si no quieren dar lo que les piden les ponen la respectiva papeleta, yo a eso lo considero un asalto.



Su rostro estaba ruborizado al hablar de los abusos que cometen las autoridades en el transporte público y cuando le pregunte lo que opinaba del trabajo que desempeñan la policía femenina, sus ojos brillaron de gozo y orgullo y empezó la historia.-Estaba cruzando la pista mientras miraba que en un paradero prohibido había mucha gente esperando su carro, en ese instante la policía que estaba con su silbato se les acercó y les indicó el paradero correcto, esa actitud de la policía me pareció muy buena ya que otros hacen lo contrario, esperan el momento para aprovecharse de la situación, lo que deberían hacer es educar a la sociedad, con tan solo decirles que ese no es el paradero correcto yo creo que estarían colaborando con la educación de la población.Ya más calmado, después de haber reflexionado un poco y cambiando de tema me comentó de los pasajeros que no le conviene recoger.



-Hay horas que son exclusivas. “Hora Punta”. Donde hay bastante escolar, veo que mis compañeros no los recogen por que no les conviene, prefieren llevar a personas adultas que si pagan el pasaje completo. En mi caso, soy honesto, tengo mi familia y nunca olvido que un día fui niño, así que los recojo porque no me gustaría que estén esperando mucho tiempo.Los pasajeros que no me gusta recoger son las de contextura gruesa, por que se paran en el pasadizo y no dejan avanzar a los demás, la verdad que no me conviene recogerlos,- y alguna experiencia con ese tipo de personas-, En el paradero los parques de Huertos de Manchay hay un señor muy conocido por su contextura , él todo los días va a trabajar a las 6.30 am, los carros pasan llenos de escolares y nadie le recoge , entonces lo que él hace es tomar el carro en sentido contrario con dirección al paradero inicial de nuestra empresa y desde allí viene cómodamente sentado hasta el lugar de su trabajo por el Ovalo de Santa Anita. Para él es un caso difícil, pero sabe cómo darle la espalda al problema.Entre risas por la experiencia que estaba relatando, le pregunté cómo reacciona cuando un pasajero se le pone faltoso.



-Lo que yo hago es humillarme y aunque no tengo la culpa tengo que pedir disculpas por que es la mejor manera de apagar el problema, si me pongo a discutir corro el riesgo de ser agredido físicamente o me denuncien ya que los policías están a la espera de que el conductor sea denunciado, lo que significa dinero o papeleta. -¿Has sufrido alguna agresión? -Sí, varias veces, especialmente de pasajeros, es que cuando corres un poco se molestan, vas lento se molestan la verdad es que hay personas a las que no se les puede entender. Tenemos que saber manejar el equilibrio pero aún cuando queremos dar lo mejor, los pasajeros responden mal. Si ellos cometen abusos contra el chofer o cobrador, nosotros no tenemos defensa de nada.El se encontraba un poco alterado, miraba de un lado para el otro porque le molesta el hecho de que todos se aprovechen de la situación y beneficiándome del momento le pregunte, qué es lo que le molesta más durante su trabajo.Aún alterado me contesto tajante.



- El cobrador, porque no tiene una formación de valores y lo que ellos hacen es asegurarse económicamente, por ejemplo, si en una vuelta hacemos 90 soles, el cobrador está entregando 80 soles, son 10 soles que se está apropiando aparte de su sueldo y alimentación; también me hace renegar la forma como él trata con los pasajeros, la forma de llamar, porque quien tiene el trato directo con el pasajero no es el conductor sino el cobrador y lamentablemente las consecuencias del mal trato de ellos lo asumimos nosotros los conductores.Mi entrevistado se encontraba un poco nervioso y molesto al recordar lo que le sucedió por culpa de su irrespetuoso cobrador, así que le pregunté el perfil para su cobrador ideal.



-Me gustaría que mi cobrador sea honesto y tenga un buen trato, que se exprese bien y que tenga la capacidad de explicarles a los pasajeros que no conocen su lugar de destino, qué carro deben tomar y cómo llegar. También me gustaría que sepa cobrar, no me conviene que no cobre al pasajero, porque así nos perjudicamos ambos. Tenía razón, un cobrador honesto es lo que todo chofer pediría, no aquellos cobradores que sacan su “tajada” y perjudican la labor del chofer. Valiéndome de esto tuve la osadía de preguntar cuánto gana en un día de trabajo.



-Es relativo, según la producción, pero generalmente 60 – 75 soles diarios, hay ocasiones en las que no ganamos ni un céntimo, porque el carro se malogró o porque el policía nos detuvo. También estamos expuestos a los asaltos, nos quitan las cosas del carro y el dinero recaudado.Me sorprendí al saber todo lo que pasan estos señores, me puse a pensar en todas las veces que había rabiado contra el cobrador, incluso con el chofer. Ahora lo pensaré un poco antes de hacerlo. Pero, me intrigó saber si de verdad amaba esta ocupación y le pregunté, -¿Si le ofrecieran la oportunidad de tener otro trabajo con el mismo sueldo o mejor del que gana ahora, lo aceptaría?



_No. No creo que lo aceptaría, a mí me gusta trabajar de una manera independiente y en este trabajo me siento así, laboro los días que yo decido. Si tuviera otro trabajo, tendría que estar sometido a alguien y no me gusta, prefiero mil veces ser independiente y seguir en el transporte público. Con lo que soñé desde niño.




Por: Mabel Alvarado carrión
COLUMNA DE OPINIÓन


Poder es querer
Uno de los problemas más incómodos que día a día afecta a la sociedad de la ciudad de Lima, es el transporte público.Simplemente, con el hecho de que seas el pasajero de una combi, un ómnibus o taxi, tienes que enfrentar el caos vehicular, donde cada conductor quiere ganar un minuto más para llegar a su paradero, los que viven en la anomía peatonal, donde cada cual cruza la pista cuando quiere y donde se le ocurra, donde no hay semáforo ni policía.Yo creo que los problemas lo generamos todos y el gran caos que se vive en estos días es causa de nuestras propias imprudencias y la falta de cultura en materia de trasporte. Si se está realizando algunas capacitaciones para evitar los accidentes de tránsito, también se debería ver el trabajo que realizan las empresas de transporte público y obligar a que se tomen la responsabilidad de implementar seguridad y comodidad en el trato con los pasajeros.Para mí, el lugar que refleja la cultura peruana, es mirar un momento la avenida Abancay y ver lo que sucede, cómo se comportan los conductores y cobradores de transporte público. Entre ellos también los pasajeros de las unidades móviles. En ese lugar todos hacen lo que quieren. Las leyes y normas no existen. Porque si sucede algo malo, si el cobrador faltó el respeto a alguna persona o viceversa, no hay una autoridad de seguridad cerca para que pueda solucionar el problema.El que tiene el trato directo con las personas es el cobrador, por ende debería ser una persona capacitada, respetuosa y que sepa comportarse de una manera decorosa ante los usuarios del ómnibus. Y la tarea más difícil la debe asumir los dueños de los transportes. Que cada uno de ellos seleccione a sus conductores y cobradores que se desempeñarán en su empresa.¿Quién no ha subido a una combi y ha tenido que aguantar todo el recorrido la música a todo volumen que pone el chofer? Lo malo no es la música, pues al fin y al cabo se la puede aguantar. Lo incómodo es el volumen que le ponen, es desesperante en momentos. Baja una persona, el cobrador dice: _Baja. El chofer no escucha nada por el volumen de la música y se pasa dos cuadras y provoca que el pasajero le diga su vida y mande algunos saludos para su familia, especialmente a la madre del chofer y de paso del cobrador. ¿Es que no hay una ley que restrinja este abuso? Sube a cantar un niño y no se le escucha nada por la música. A veces te llaman por el celular, es una persona importante y te pregunta: _¿Estás en una fiesta? A lo que respondemos: _No, estoy en la combi. Creo que se debe poner un alto a tantos abusos de parte de los transportistas. Pero no solo depende de ellos, sino de nosotros mismos, a veces miramos al cobrador como un muerto de hambre o ni lo miramos al darle nuestro pasaje. ¿Se han puesto a pensar en todo lo que siente aquel cobrador? Tiene que llevar la comida a su hogar, necesita ese trabajo, si pudiera tener otro mejor, lo haría. En nuestra Lima y Perú de hoy, es necesario tener combis con su chofer y cobrador. Alguien tiene que tomar su lugar.Cuando todos los peruanos iniciemos el camino del cambio, será cuando logremos ser una sociedad ordenada, para que juntos superemos todo los desaires que nos generan las famosísimas combis de transporte público en el Perú. Ese día seremos una sociedad civilizada. Hasta entonces debemos seguir viviendo con el malestar diario y soñando con un futuro en el que el servicio será automatizado. Y si no te gustan las combis, cómprate un carro o toma un taxi. Si quieres que el servicio de transporte mejore, empieza mejorando tú y trata mejor a las personas que te brindan un servicio. El cambio empieza por uno mismo.

Por: Mabel Alvarado Carrión.